Llevar a cabo una arquitectura web lleva implícito un intenso trabajo SEO tanto de análisis como de toma de decisiones, especialmente. Dentro de nuestra labor está cuestionarnos:
- Punto de partida y meta: determinar cuál es el contexto de la web y por qué deberíamos trabajar su arquitectura web son dos de las primeras preguntas que sería conveniente responder antes de remangarnos. Y es que, no es lo mismo trabajar en generar la arquitectura de un nuevo site que optimizar uno ya existente que puede llevar a cuestas problemas estructurales a los que debemos poner solución ahora. Tener claro el origen y qué queremos conseguir nos ayudará a decidir, por ejemplo, si nuestra estrategia debe poner foco en eliminar barreras, sanar la web o, por el contrario, si nuestra atención puede estar centrada en crecer.
- Investigación de KW: Si ya contamos con unos cimientos sanos, es turno ahora de desbloquear más preguntas: ¿Qué términos utiliza el usuario para tomar contacto con nuestro nicho en las SERPs?, ¿estamos cubriendo su intención de búsqueda actualmente en nuestro site? y ¿nuestra competencia? Resolver estas dudas nos ayudará a determinar en qué punto estamos, el margen de mejora que tenemos por delante y, sobre todo, nos dará información muy valiosa sobre cómo podemos orientar nuestra estrategia de optimización.
- Asignación de KW: Si bien ya conocemos las KW por las que posicionamos en las SERPs, toca ahora analizar con qué páginas lo hacemos. De esta forma sabremos, por ejemplo, si tenemos más URLs de las que necesitamos para cubrir determinados conceptos. ¿Nos estamos canibalizando? Toca unificar contenidos y hacer limpieza de URLs. Es un buen momento, además, para rescatar todas las KW que hemos visto como oportunidades durante nuestro estudio y ver si podemos optar a posicionar por ellas teniendo en cuenta los productos que tenemos en stock. De aquí salen decisiones importantes como si es necesario crear categorías nuevas, segmentar otras e, incluso, qué protagonismo concederles dentro del site.
- Estudio de las URLs actuales: Ojo, antes de «hacer limpieza» conviene tener claro cuáles son las URLs que mejores datos nos están reportando y cuáles, en cambio, nos dolería menos perder. Tirar de histórico de datos se hace imprescindible antes de determinar, por ejemplo, si es bueno eliminar o no determinadas URLs.
- Definición de clústers y jerarquización: En este punto se trata ya de ir concretando qué categorías conformarán nuestra arquitectura, el vínculo que guardarán unas con otras…
Antes de generar una propuesta en firme de arquitectura web es aconsejable solicitar toda la información de negocio que necesitemos y echemos en falta. El cliente nos puede ayudar mucho a entender las tipologías de producto y/o productos clave de la marca, los objetivos a medio-largo plazo e, incluso, el volumen de stock actual y su previsión futura.
¿Cuáles son las categorías más propensas a quedarse sin stock?, ¿hay previsión de que vuelvan a recuperarlo o, por el contrario, son URLs que se quedarán vacías? Es importante tener un protocolo de actuación definido para las distintas casuísticas.
- Estudio de las limitaciones: Cualquier información relativa a restricciones técnicas que pudieran comprometer la ejecución de nuestra propuesta de arquitectura también es más que «bienvenida» en este punto. Esto nos va a ayudar a diseñar una arquitectura adaptada y capaz de ver la luz.
- Definición de campañas: Lanzamientos, novedades, ofertas especiales, Rebajas, Black Friday… Debemos, cómo no, reservar un espacio en nuestro mapa mental para dar cobertura a todas en las que la marca participe. Debemos planear, también, qué papel van a jugar dada su estacionalidad y cómo vamos a gestionar estas páginas una vez que su protagonismo termine.